Por Jaime Orozco Parejas, Cronista Municipal.
Durante el reinado de Tezozómoc, entre 1371 y 1428, Azcapotzalco alcanzó su punto máximo de esplendor. Los Tepanecas ejercían influencia en muchos pueblos a través de conquistas militares, obligando a los sometidos a pagar fuertes tributos. En esa época existieron diversos asentamientos humanos en lo que actualmente es el territorio de Naucalpan.[1] Uno de los grupos que llegó a esta zona fue el de los otomíes, quienes se ubicaron en varios pueblos naucalpenses como Tlatilco, Totolinga, Totoltepec, Nopala, Occipaco y Chimalpa.[2]
Durante esta época se edificó la pirámide conocida como “del Conde”, ubicada en la colonia del mismo nombre. Fue descubierta a principios de siglo, entre 1907 y 1908 por el arqueólogo Manuel Gamio, en la meseta superior de lo que simulaba ser un pequeño cerro. Este basamento piramidal es uno de los últimos ejemplos que existen en la arquitectura civil del Posclásico Tardío, es decir, fue construida alrededor del año 1450. En la parte de arriba había un Tecpan o palacio de la nobleza y al frente conserva una escalinata de acceso. Posee algunos cuartos adosados que eran muy comunes en este tipo de construcciones. En el lado sur hay una serie de pequeños muros hechos de piedra, guijarros y adobes conocidos como “xamitl”. Por medio de la historia oral se conoce que en su parte superior se encontraba la casa del Señor Manuel Conde, el cual, probablemente estuvo emparentado con Antonio Conde, quien en 1888 era dueño de la Hacienda de Echegaray.
Fue hasta 1930 que se realizaron los trabajos de restauración y conservación respectivamente; gracias a ello el día de hoy podemos seguir admirando esta gran construcción, que muy probablemente sea tan solo parte de la que fue originalmente. Actualmente la pirámide se encuentra bajo el resguardo de Instituto Nacional de Antropología e Historia, siendo sin duda, evidencia tangible de la antigüedad de nuestro pueblo y herencia inalienable de todos los naucalpenses.
Algunos investigadores señalan que desde una perspectiva aérea, el edificio es muy semejante a los palacios dibujados en algunos códices, como el Mapa Quinatzin, donde se muestra el Palacio de Nezahualcóyotl con varias habitaciones y un templo en la parte superior.
[1]RebecaLópez Mora, Naucalpan ante el bicentenario una mirada al pasado, 2012. p. 15.
[2]Agustín de Vetancourt, Teatro Mexicano, Impreso por Doña María de Benavides, viuda de Juan de Rivera en 1698, p. 70. Corresponden a los actuales pueblos de Occipaco y Nopala