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Tlatilco, herencia para los pueblos mesoamericanos.

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El nombre Tlatilco, proviene del verbo náhuatl “tlatia”, que significa esconder o guardar, interpretándose como “Lugar de las cosas ocultas”, fue llamado así por los pobladores del habla náhuatl, a partir del año 1200 d.C.  Para ese entonces las construcciones que origi­nalmente habían realizado los pobladores de Tlatilco, eran tan solo montículos cubiertos de tierra y pastos.[1]

Tlatilco, es conocido en arqueología y la antropología física, por cerca de 500 entierros con ofrendas, la importancia del sitio radica en la información cultural que todos los materiales recuperados aportan sobre el periodo de su ocupación, colocándolo  como uno de los centros regionales más importantes que dominaban en el centro de México. El desarrollo cultural de este destacado centro arqueológico, corresponde al horizonte Preclásico Medio, del 1200 a 700 a.C.

Alrededor de 2500 a. C. dio inicio en la cuenca de México el proceso de sedentarización. Aparecieron los grupos de agricultores incipientes, quienes buscaron ubicarse en los lugares cercanos al gran lago que existía en la región. Aprovecharon las inundaciones periódicas que provocaban las aguas del gran lago y los ríos para practicar la agricultura de humedal, así como la de temporal, aprovechando las lluvias estacionales. También se aplicó en sistema de roza, que consistía en el desmonte y quema de una parte del terreno. Se sembraba  principalmente maíz, frijol, calabaza y chiles. Este sedentarismo permitió la integración de aldeas autosuficientes, Tlatilco fue uno de los primeros desarrollos sedentarios en el centro de México. La molienda del maíz para un mejor aprovechamiento en el consumo humano, fue un hecho que atestigua la presencia de este alimento como la base del cultivo. Por otro lado, artefactos encontrados en las excavaciones arqueológicas sugieren que utilizaban la tala y quema como sistema de agricultura.[2]


[1]Rebeca López Mora, Naucalpan ante el bicentenario una mirada al pasado, México, H Ayuntamiento de Naucalpan, 2012, p. 11.

[2]Tlatilco, el lugar de las cosas ocultas. Fundación Cultural Armella Spitalier.

[3] Trabajos arqueológicos; entierros en San Luis Tlatilco. Dirección de Antropología Física MNA.

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