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Un manto blanco cubrió la ciudad.

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Por Jaime Orozco Parejas, Cronista Municipal.

La noche del 10 al 11 de enero de 1967 la Ciudad de México registró una temperatura de cuatro grados bajo cero, y la urbe se cubrió de una capa de nieve de hasta un metro en algunas zonas de montaña. Hace 56 años fue la última ocasión en que una nevada cayó sobre la ciudad de México. Comparado con aquellos días, los siete grados centígrados que se viven las mañanas de este año, aún están lejos de lo registrado hace medio siglo. Las crónicas de la época relatan cómo la gente salió de sus casas a jugar con la nieve; los edificios y calles cubiertos de una capa blanca eran “de postal”, sin embargo, la nevada desquició la ciudad.

Eran tiempos en que no existía la protección civil, no hubo cierres en las carreteras que ingresan a la ciudad pese a que tenían hasta un metro de nieve y cientos de automóviles quedaron varados. Se requirió de palas mecánicas para despejar la nieve de las carreteras y permitir el flujo de autos hacia Puebla, Toluca y Cuernavaca. Hubo casas que perdieron el techo, 41 indigentes murieron de frío en las calles ante su situación precaria, lo sorpresiva de la nevada y la incapacidad de las autoridades de aquel entonces para atenderlos.

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Durante un par de días, la nieve alcanzó hasta un metro de altura en las zonas de montaña y dejó aisladas poblaciones como Topilejo, San Miguel y Santo Tomás Ajusco y el poblado de Parres, los más lejanos a la mancha urbana. En la ciudad, desde Tlalpan hasta Lindavista, de Naucalpan a ciudad Nezahualcóyotl fueron cubiertas por la histórica nevada. Pasada la nevada, en Naucalpan el deshielo provocó que las calles quedaran intransitables y asi; muchas zonas del municoipio quedarían incomunicadas del resto de la ciudad.

Una de las crónicas escritas para Excélsior relata:  “el espectáculo maravilloso y, la cortina de fino tul, formada por infinidad de copos de nieve que cayeron sobre la capital, en las ventanas de miles de casas niños y adultos pegaban la cara a los cristales para ver la caída de la nieve” .

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Durante éste y los próximos meses se espera que la temperatura osile entre los 5 y 7 grados centígrados; con bruma, ambiente frío por la mañana, templado por la tarde. Potencial de heladas en zonas cerranas de nuestro municipio y bancos de niebla o neblina. CONAGUA dio a conocer qué originó la nevada en la Ciudad de México en aquella época; un fenómeno que requiere la interacción de tres condiciones meteorológicas para presentarse y pintar de blanco alguna región. La nevada de 1967 apareció por la interacción de un sistema de baja presión con una importante presencia de humedad y una masa de aire polar que generó un marcado descenso de la temperatura.

Ese año las nevadas comenzaron el 10 de enero en el norte de México, la madrugada del día 11 llegaron al centro de la capital. A las 02:00 de la madrugada los primeros copos cayeron en Paseo de la Reforma. La Ciudad de México ha registrado varias nevadas a lo largo de su historia; en 1907, 1920 y la última en 1967, cuando más de la mitad de la capital se vio afectada por la densa nieve espontánea. 

La nieve ha inspirado multiples poesías en aquellos lugares donde se tiene la oportunidad de deleitarse con su albar y sus frutos geométricos, los copos. Desafortunadamente, de este lado del mundo este fenómeno sucede cada cierto número de años, en el que a muchas generaciones no nos tocará presenciar un paisaje como el que anteriormente hemos aludido, por ejemplo, a la Catedral Metropolitana cubierta de hielo níveo o La Alameda con algunos toques espectaculares de brillo blanquecino. La mañana del el 11 de enero de 1967, algunos de los pioneros de Ciudad Satélite relatan que despertaron con nieve; niños jugando en las calles con bolas de nieve, adultos divirtiéndose también con los niños; a nadie le importó nada más, todos estaban felices, en un escenario totalmente inusual, que sin duda alguna evocaría momentos nostálgicos e ierrepetibles para todos los que tuvieron la suerte de formar parte de ese aconteciomiento.  

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